DECLARACIÓN DEL CLERO DE LA DIÓCESIS ANGLICANA DEL URUGUAY, CON MOTIVO DE
LA MISA CRISMAL,
DURANTE LA FESTIVIDAD DE SAN AGUSTÍN DE CANTERBURY
Y LA CONMEMORACIÓN DEL XIV ANIVERSARIO DE LA CONSAGRACIÓN EPISCOPAL DEL
REVMO. MIGUEL TAMAYO
“Que todos sean uno: como tú, Padre,
estás en mí y yo en ti, que todos sean uno, para que el mundo crea que tú me
enviaste.”
– Juan 17: 21.
Inspirados en estas palabras eternas de nuestro Señor y Salvador, el clero
de la Diócesis Anglicana de Uruguay quiere expresar al pueblo diocesano, a los
hermanos y hermanas de las diócesis de nuestra Provincia del Cono Sur de
América, así como de otras partes de nuestra querida Comunión Anglicana,
nuestra voluntad de permanecer fielmente unidos en torno a nuestro Señor Jesús.
Y queremos que esta unidad quede plenamente representada por nuestra
adhesión decidida al ministerio de nuestro obispo, el Revmo. Miguel Tamayo, con
quien hemos compartido ya varios años de trabajo y de esfuerzos. De alegrías
que celebrar y de obstáculos a superar. Ha sido una bendición su ministerio
entre nosotros, y por ello damos gracias a nuestro buen Dios, cuya gran
generosidad no merecemos.
Queremos, además, confirmar nuestros votos, pronunciados hace tiempo, de
servir con amor al pueblo de Dios, bajo la guía de nuestro obispo. Nuestros
corazones rebosan de gratitud por el privilegio de servir al Señor, sabiéndonos
solo simples herramientas de una obra que siempre nos supera, porque no es
nuestra sino del Creador de todas las cosas.
Somos hijos del Reino y, por eso mismo, hijos del futuro que pertenece a
los designios de Dios, y no a los afanes de los seres humanos. Caminamos
sembrando una tierra nueva, que inexorablemente viene. Un mundo de justicia y de
paz, donde todos serán hermanos y hermanas, donde toda la creación celebrará
con júbilo la dicha de vivir en un mundo digno de ser vivido. Para eso
trabajamos con tesón, y luchamos en paz, y esperamos con fe. Para eso hemos
venido a este ministerio y nos disponemos a permanecer en él.
Si no nos comprenden, responderemos con bondad. Si no nos creen, responderemos
con paciencia. Si no nos quieren, responderemos con amor.
Reafirmamos, pues, nuestros ministerios sacerdotales y diaconales con la
misma y decidida convicción con la que los iniciamos. Con la misma y gozosa
vocación a la que una vez respondimos, y a la que ahora volvemos a responder.
Que Dios añada bendición a estos votos renovados que pronunciamos desde
nuestros corazones. Que así sea.
Dado en la Fiesta de San Agustín de Canterbury y
en el XIV aniversario de la Consagración Episcopal del Revmo. Miguel Tamayo, en
la Parroquia de San Agustín de Canterbury, de la Ciudad de Montevideo, a
veintiséis días del mes de mayo del año del Señor 2012.
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